31 enero 2013

Hoy estoy cabreado

Sí, hoy estoy cabreado. Y triste y avergonzado. Y decepcionado. Supongo que pocos serán los que no estén al día de la información que hoy ha publicado El País y que viene a ser la continuación de la publicada hace unos quince días: "Los papeles de Bárcenas". Podría ser el título de una novela, pero es mucho más grave que eso. Quizá no por las cuantías de los SOBREsueldos (lamentablemente, no es de mi cosecha... muy ingeniosos los redactores de La Sexta), pero sí por lo que significa un supuesto cobro "en B" de políticos, que se maximiza con la situación y discursos que escuchamos a diario.

Después de leer la posición oficial del PP, partido implicado en el supuesto escándalo, y de escuchar la rueda de prensa de la secretaría general del mismo partido, Dña. Dolores de Cospedal, no podría por menos que creer que todo este jaleo es fruto de una confabulación orquestada contra el PP y por tanto, contra el Gobierno de España. Porque de ser de otra manera la postura que el PP está adoptando, me parecería un insulto, una desvergüenza y una falta absoluta de ética y de respeto hacia la ciudadanía. Y si la ciudadanía no les importa mucho, al menos sería una grave afrenta hacia sus simpatizantes, afiliados y votantes.

Por otro lado, tampoco las aclaraciones dadas son especialmente convincentes. Algún miembro del PP (léase, el presidente del Senado, D. Pío García Escudero) ha confirmado que alguno de los "apuntes contables" es cierto.  No se si es delito, falta o nada pedir un crédito a tu partido y devolverlo. Pero el "apunte" parece ser real. Es verdad que no valida la totalidad del contenido de los "papeles de Bárcenas", pero cierta credibilidad les otorga. No han cotejado ni conocen la letra de Bárcenas (esto sí que no me lo creo...alguien seguro que sí). Raro, raro, raro.

No sé, desde mi ingenuidad, esperaba que las respuestas fueran algo más que contundentes. Esperaba una explicación coherente, más allá de apelar a la transparencia del partido y el blablabla. Esperaba una respuesta convincente, bien armada, con un hilo claro y continuista en relación a la postura que, desde que saltó la primera información, mantuvieron en el PP, que parecía indicar que algo había pero que era algo muy minoritario, "quien la hace la paga y que cada uno aguante su vela". Si realmente este escándalo nada tiene que ver con el PP, ¿para qué un cambio de discurso? Ya lo dicen las reglas del marketing, posicionamiento claro y cambios de dirección los justos, es peligroso. Esperaba escuchar al Presidente del PP (por cierto, también Presidente del Gobierno). Aunque salga ahora, ya es tarde. Creo que las expectativas eran muy altas, y como suele ocurrir en estos casos, el resultado decepcionante. No aprendo.

Desde luego, con el descrédito que a día de hoy tiene la clase política en este país, esto es lo que nos faltaba. Y ello sin entrar en colores o partidos, que en cuanto escarbas un poco no se libra uno. No quiero con ello desmerecer a todos los políticos, pero ya se sabe que con la generalización se comenten injusticias. Esta vez, si me lo permitís y con el cabreo que tengo, me tomo la licencia.

El daño está hecho. No es una cuestión de partidos, es una cuestión de credibilidad de este sistema "democrático" y de hartazgo de estas constantes informaciones sobre corruptelas, de unos y de otros. Me niego a asumirlas con normalidad.

Estamos ante una auténtica crisis institucional. De ser cierta la información publicada, no podría por menos que acabar con la dimisión del Presidente del Gobierno y de los implicados. Y, si me apuráis, hasta convocando elecciones anticipadas (¡creo que por una vez y solo una, coincidiría con Cayo Lara!).


Me gustaría pensar que esto es una mentira y una artimaña repugnante, muy alejada de lo que entiendo como reglas democráticas y que los responsables recibirían su merecida respuesta a través de la justicia. Porque así, me convencería de que nuestra política no está tan mal. Aunque me cuesta, la verdad, porque me vienen a la cabeza las palabras que un día una sabia persona pronunció: "amigo, cuando abras una caja, te asomes y en ella veas algo que se parezca a la mierda y que huela a mierda, no lo dudes, será mierda". Y si este es finalmente el caso, espero que con la misma contundencia que ahora se está defiendiendo el PP, los beneficiarios de los sobresueldos sean castigados, por la ciudadanía, por la justicia y por la historia. Será la única forma de que recupere algo la fe en un sistema que parece asquerosamente podrido. 


Sí, ya os dije que hoy estaba cabreado.

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